No es difícil ver telefilmes de dudosa calidad en los que un meteorito, ola gigante, virus o terremoto están a punto de acabar con la humanidad en horas. Normalmente para estas miniseries y telefilmes se suele rescatar a algún actor algo conocido ya en el ocaso de su carrera. Además, porque el propio género lo pide, se suele abusar de los efectos especiales, que es donde se gastan el presupuesto, pero igualmente son cutres. Pero alguna se salva.
2009
El libro. |
El director y guionista no es nuevo en esto. Patrick Harbinson es productor y guionista de de '24' y lo ha sido de series como 'ER'. Los actores también son conocidos.
El prota masculino es Dougray Scott (con el que, por cierto, me crucé en Londres hace unos años), al que vimos en 'Mujeres Desesperadas'. La heroína femenina es Joely Richardson, la 'Julia' de 'Nip Tuck' y les acompaña en un pequeño papel Vanessa Redgrave quien, por cierto, hizo de madre de 'Julia' en la misma serie de cirujanos plásticos.
El prota masculino es Dougray Scott (con el que, por cierto, me crucé en Londres hace unos años), al que vimos en 'Mujeres Desesperadas'. La heroína femenina es Joely Richardson, la 'Julia' de 'Nip Tuck' y les acompaña en un pequeño papel Vanessa Redgrave quien, por cierto, hizo de madre de 'Julia' en la misma serie de cirujanos plásticos.
De esta misma novela se han rodado anteriormente otras adaptaciones. En 1962 un largometraje y en 1981 una miniserie de 6 capítulos.
El argumento es bastante sencillo, como suele serlo en este tipo de historias catastróficas, aunque en este caso es doble: por un lado la mayoría de la población se queda ciega por mirar directamente una extraña tormenta solar y por otro unas plantas carnívoras, que se usan como fuente de combustible no contaminante, quedan libres y se disponen a comerse todo lo que encuentren a su paso. Los protagonistas son de los pocos humanos que pueden ver. El prota, el doctor Masen, es un especialista en estas plantas, y la prota es una conocida locutora de radio. A los protas y las plantas, que son como pitas alimentadas con anabolizantes, se suma un tercer personaje, el malo humano, otro que puede ver pero que pasa completamente de hacer el bien.
El doctor Masen. |
Además, no tiene el típico final propio de este género (y no digo más).
Una cuestión que no he terminado de comprender es por qué todos presuponen que la mayoría de la población del planeta se ha quedado ciega cuando la tormenta solar dura unos minutos y, de toda la vida, la mitad de la Tierra tendría que estar a cubierto de la luz solar. En fin, si la veis y encontráis la respuesta, contádmela.
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