Colony
2016-
Acaba de empezar. Tan solo llevamos cuatro capítulos cuando escribo estas líneas, y las primeras comparaciones con otras series del género son inevitables. Si esos invasores son de origen extraterrestre (todo apunta a ello pero todavía no se confirma), solo falta que sean reptiles y que disfruten zampando roedores. Como en la serie a la que me refiero ('V', por si había alguna duda), la invasión es similar a la que parece que no estamos encontrando en 'Colony'. La diferencia (una de ellas) es que en la serie de USA Networks, todavía no le hemos visto la cara al invasor.

La ciudad de Los Ángeles está rodeada por un muro metálico que no tiene nada que envidiar al de 'Juego de Tronos'. Nadie puede pasar de una zona a otra sin permiso, hay racionamiento de medicamentos y otros recursos y unos soldados deshumanizados mantienen el orden. De vez en cuando, un extraño dron aparece para mirar qué sucede. La foto queda clara. Nos han invadido.
Los protagonistas son los Bowman. Will es un antiguo ránger especializado en buscar fugitivos. Es el papel del ex 'Lost', Josh Holloway, Katie, su mujer y dueña de un pub, es el personaje de Sarah Wayne Callies ('Prison Break', 'The Walking Dead'). Viven con sus dos hijos pequeños aunque hay un tercero que en La Llegada quedó al otro lado del muro. Encontrarlo es la prioridad de la familia.
Por su hijo es por lo que Will acabará (nada más empezar la serie) trabajando para el gobierno colaboracionista con la misión de acabar con la Resistencia, sin saber que Katie, casualidades de la vida, ayuda en secreto a una de las células rebeldes. Otra de las caras conocidas en 'Colony' es la de Peter Jacobson ('House'), aquí en el papel de Alan Snyder, el jefe del gobierno local que ficha a Will. También reconoceréis a Amanda Righetti, de 'El Mentalista', aquí Madeline, la cuñada.

A su favor también juega que recuerda algo a las pelis de Neill Blomkamp ('District 9'). Trata de transmitir realismo. No se oculta en sombras postapocalípticas, luces de colores y oscuro espacio sideral. Es luminosa. Si no fuera porque intuimos que tras esos drones no hay humanos sino extraterrestres, podríamos estar hablando de una invasión militar de un país a otro, de una ocupación de las de toda la vida, con los típicos cambios en el día a día de la población invadida: control de la libertad de expresión y movimiento, vigilancia constante, castigos y amenazas varias, etc.
En fin, la primera serie de 2016 que llega al blog. Esperemos que no decepcione (ni la serie ni el año). Os dejo con el tráiler.
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