Costó despedirse de Gabriel Byrne tras su genial 'In Treatment' pero lo tenemos de vuelta, ahora con thriller político en el que vemos lo difícil que puede ser ejercer el cargo de primer ministro si tus ideas van en contra de dos grandes poderes fácticos: las grandes empresas, el ejército, los USA... Una utopía (un primer ministro convencido de que tiene que gobernar para sus votantes) inspirada en una novela y no en hechos reales, claro está. La miniserie nos cuenta esta historia en cuatro capítulos que se devoran con muchísimo gusto.
Secret State
2012
Por razones que no voy a espoilear, Tom Dawkins, alias Gabriel Byrne, ha de hacerse con las riendas del gobierno británico en plena crisis del país. Sus principios, su manera de concebir la responsabilidad de gobernar, nada tienen que ver con la mayoría de los que hay a su alrededor. Menos aun con las grandes corporaciones multinacionales que velan por sus intereses por encima del bien general. La cadena de acontecimientos que sigue a la chispa inicial de esta serie puede acabar provocando un desastre internacional, y hay quienes están interesados en que se produzca. Veremos quién gana el pulso.
Como decía al principio, esta miniserie está inspirada en una novela, A Very British Coup, de Chris Mullin, un escritor de ficción que posteriormente a la publicación de esta, su primera novela, llegó a ser miembro del parlamento británico en varias ocasiones. Pero lo que nos cuenta pura ficción. La situación que se nos presenta, aunque se podría dar, tiene ese punto de imposible, precisamente por el personaje que encarna Byrne, un político que no parece un político, que se encuentra en una situación que le viene dada y que pretende hacer lo correcto por encima de los poderes que manipulan las democracias para su propio beneficio.
En la serie, vemos caras conocidas, como la de Charles Dance ('Strike Back'), que aquí aconseja a su manera al personaje de Dawkins; Gina McKee ('The Borgias'), que interpreta a la periodista que saca los trapos sucios del protagonista; Ruth Negga ('Misfits'), quien se juega el tipo para que la verdad salga a la luz; Rupert Graves ('Sherlock'), el político ambicioso que está dispuesto a todo por llegar a lo más alto; o Stephen Dillane ('Game of Thrones', 'Hunted'), el responsable de la petrolera que quiere ocultar sus pecados. Y por encima de todos, Byrne, que por su control de las situaciones y su capacidad reflexiva nos sigue recordando un poco aquí, cambiado el sillón de psicólogo por el de político, a su personaje en 'In Treatment'.
La miniserie, de cuatro episodios, se devora rápidamente y nos enseña lo alto que llegan las alcantarillas de los gobiernos. Nadie se libra de la crítica y ya sólo por eso merece la pena verla.
Yo le he encontrado ya unos cuantos títulos alternativos:
ResponderEliminarNido de víboras
Qué malos son en U.K.
El político inexistente.
y... Qué bueno sigue estando Gabriel Byrne.
Gracias por la recomendación. La he disfrutado muchísimo.
ResponderEliminarPues me ha gustado. Tiene la virtud de decir a las claras como funciona el mundo en que vivimos y quien manda en el. La politica de las urnas no pinta nada porque hace años que el poder lo tienen los banqueros y demas capitales financieros. Los politicos de los grandes partidos, y de algunos pequeños tambien, son meras marionetas suyas.
ResponderEliminarLa serie deja bien a las claras que para gobernar para la gente de a pie, los ciudadanos normales, hay que plantar cara a los que mandan de verdad...y eso es imposible, pues ni el propio partido te apoya. La verdad de por que las cosas van como van ya ni se oculta, la muestran sin mas en una serie de TV dirigida a gran audiencia. Es que los poderosos ya no temen nada. El que vive engañado a dia de hoy es porque quiere.
A mi personalmente me emocionaba ver a un presidente capaz de plantar cara a tanto delincuente. Obviamente, se sabe como va a terminar: es que vivimos en ese mundo.
Muy recomendable.
The Doctor