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sábado, enero 25

True Detective

Estoy vago en 2014. O quizá más selectivo. Veremos cómo sigue el año. Por lo pronto vengo con una promesa de la HBO que ya es realidad. Ha empezado convenciendo: por los nombres, por las actuaciones, por el ritmo y hasta por los escenarios en los que se desarrolla la historia. Además, tiene un formato curioso: cada temporada veremos una historia distinta, con personajes (y actores) diferentes. Para empezar, de protas, Woody Harrelson y un increíble Mathew McConaughey.

True Detective
2014-

Los detectives Rust Cohle y Martin Hart investigaron un crimen en 1995. Un crimen con la firma de un asesino en serie. Ahora, en una segunda investigación en la que ellos son los testigos (quizá acusados), nos relatan los hechos que acontecieron en aquellos campos de Luisiana cuando trabajaban en la policía estatal. Vemos así a los dos personajes cuando apenas se conocían y empezaban a trabajar juntos, y mucho tiempo después, cuando ya hace demasiado que dejaron de tratarse.

No sabemos qué ha pasado en ese largo espacio de tiempo. No sabemos por qué se está desarrollando esta segunda investigación. No sabemos apenas nada de ellos, aunque pronto veremos que Cohle, el personaje que interpreta McConaughey, es un tío raro, con pinta de ver cosas que nadie ve, con problemas que no ha resuelto en su vida, y que Hart, el de Harrelson (¡'Cheers'!), es un tipo normal, un padre de familia, tradicional, de la zona, que ve en Cohle, su nuevo compañero, a alguien distinto, inteligente, interesante, el forastero con un tornillo flojo y un olfato especial para el crimen. Más opuestos no podrían ser, pero parece que durante un tiempo podrían encajar. Al menos mientras tengan un objetivo común y a Cohle no se le vaya la olla, claro.

En ocho episodios de una hora nos tendrán que contar la historia del crimen y de los personajes. No hay tiempo para más. No habrá una segunda temporada para explotar la idea, para volver a estos personajes. Nos contarán una historia cerrada con estos protagonistas y luego pasarán página. En la segunda temporada, si la hay, la historia será otra, los personajes, otros también, y los actores, también distintos (no como en 'American Horror Story', donde cambian los personajes pero no todos los actores que los interpretan). También podríamos decir que son miniseries con un nexo común, el género, y quizá el lugar. Está por ver.

Mathew McConaughey, este actor de apellido impronunciable, nunca ha sido uno de mis favoritos. Su época de guaperas está llena de películas romanticonas. Se encasilló en ese tipo de personaje soso. Pero el salto que ha dado con algunas pelis recientes ('Mud', 'Dallas Buyers Club'), y ahora con esta serie, es incuestionable. Y Harrelson le hace los coros sin desafinar. Solo por ver a Mathew ya merece la pena 'True Detective'.

Y los diálogos, claro. La superficialidad está vetada en esta serie. Siempre hay un mensaje, una opinión sobre un tema polémico, moral, un conflicto real. Cada frase tiene peso, cada silencio, y los diálogos entre los dos protas son para enmarcar, sobre todo por la parte que le toca a Cohle, que no deja puntada sin hilo.

La serie viene firmada por Nic Pizzolato, un escritor que también participó en 'The Killing', y por el director Cary Fukunaga, que dirigió a Fassbender en 'Jane Eyre'.

Decir que es recomendable es quedarse corto. Muy corto. Y después de ver el final, que no baja el nivel de la serie ni un ápice, más corto aún.

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