No hay mucho espacio en este blog para el género documental. No es lo que más suelo ver. Salvo los de ciencia. Es una debilidad. Hace tiempo traje la serie presentada por Morgan Freeman. Ahora toca la vuelta de un clásico. Está claro que nunca será lo mismo. Carl Sagan ya no está al frente, pero todo lo que sirva para enseñar a la gente cómo funciona nuestro mundo será bienvenido, aunque no esté libre de críticas, que las hay.
Cosmos: A SpaceTime Odyssey
2014-
Cuando se emitió la 'Cosmos' original yo no sabía ni leer. Mis recuerdos son de infancia, apenas flashes. Ya mayor leí a Carl Sagan, y siempre he disfrutado leyendo y tratando de entender las respuestas (científicas) que se dan a las grandes preguntas. En blog ha habido sitio para un documental de este subgénero, 'Through the Wormhole'. Hoy toca prestar atención a la secuela recién estrenada de la obra de Sagan.
Por lo que voy a decir a continuación, puede parecer que no me está gustando.
La nueva Cosmos trata de enseñarnos lo que no podemos ver, a veces demasiado simplonamente, mientras se echa un vistazo al camino recorrido desde el hombre empezó a hacerse preguntas, todo ello envuelto en una buena producción visual y con un presentador para mi gusto algo ñoño que está en un continuo estado de flipe lisérgico-místico.
Es una impresión injusta, seguro, porque se basa en lo visto en los primeros capítulos. Pero sí, algo de todo esto hay, y no me parece mal. El objetivo es emocionar y enseñar al mismo tiempo, contagiar al espectador el enamoramiento del presentador por lo que está contando, por lo maravilloso que hay en lo que nos rodea, por lo que conocemos y por lo que desconocemos. Su misión es sembrar la semilla de la curiosidad en los más jóvenes y al mismo tiempo no perder el público adulto formado. No es fácil.
Si en 'Through the Wormhole', por compararlas, tratan de enseñarnos las distintas teorías científicas actuales sobre diferentes interrogantes, en la nueva Cosmos se presta atención a lo básico, a los fundamentos, dirigiéndose así, quizá, a un público más general, y también más joven. También hay más carga, podríamos decir, filosófica, y Neil deGrasse Tyson, su presentador, astrofísico y divulgador, no da puntada sin hilo, lo que ha provocado reacciones negativas entre, por ejemplo, los creacionistas norteamericanos. Era de esperar: cuando se habla de ciencia y se recuerda lo mucho que la religión ha hecho por frenar su desarrollo, siempre hay creyentes y demás supersticiosos que se sienten agredidos. En fin, la ignorancia es una enfermedad que solo se cura si el enfermo pone de su parte. Y la crítica les duele, claro.
Visualmente es un no parar y tira de todos los recursos y técnicas narrativas visuales posibles: efectos especiales a chorro, dibujos animados estilo viejuno, representaciones con actores. Se nota que detrás hay gente que viene de la ciencia ficción televisiva, como Brannon Braga ('Star Trek', 'Terra Nova'), y de la animación como Seth MacFarlane ('Family Guy'), a los que les va el espectáculo.
Las reacciones al nuevo Cosmos han sido de todo tipo: negativas, positivas y llenas de matices. Mi conclusión es que está bien pero es mejorable, y quizá debería profundizar más en los temas y no saltar tanto de un punto a otro: entre tanto efecto especial, y cambio de lugar y tiempo, habrá quien se acabe mareando.
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